El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse. Esa frase hay que atribuírsela a Winston Churchill. Pero también es apropiada a nuestros gobernantes socialistas. Empezando por el presidente del gobierno, Zparo, quien lejos de desanimarse por no dar ni una, sigue erre que erre en su objetivo de arruinar a España, más si cabe de lo que ya lo ha hecho. Pero no contento con ello, el citado presidente, campeón de la torpeza y la ineptitud, es capaz de darle consejos y apretarle las tuercas a su correligionario Barreda, el cual, no hace nada más que seguir su ejemplo de despilfarro y endeudamiento, y que acabará colapsando la administración regional.
No dudo que sea cierto que Castilla La Mancha no puede endeudarse más. Hemos llegado al tope de nuestra capacidad, al menos para la Vicepresidenta Salgado y el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Nuestro endeudamiento es del 26% de nuestro producto interior bruto, cinco puntos por encima del endeudamiento nacional.
En otras palabras, según los planes de austeridad aprobados recientemente por nuestro gobierno regional, en 2012 nuestra deuda ascenderá a unos “insignificantes” 6.000 millones de euros. Y todo ¿para qué?, para perder un puesto y ser los segundos por la cola en renta per cápita. Para tener una de las tasas más altas de desempleo de España. Para ser la única comunidad española que no tiene a sus capitales de provincia unidas por autovía. Para tener a nuestros pensionistas cobrando menos que la media nacional. Para ser la primera comunidad que ha visto desaparecer su entidad de ahorros de referencia, con un agujero superior a nuestra deuda regional y sin que nadie explique las causas y sus culpables. O quizás para financiar una macro infraestructura privada como el aeropuerto de Ciudad Real con dinero público que está a punto de irse al garete.
Pero no queda aquí la cosa. El endeudamiento y despilfarro del gobierno central se traslada al regional y de este al municipal, de manera que muchos ayuntamientos están al borde de la quiebra -como el de Albacete-, esperando año tras año que las citadas administraciones les abonen los dineros prometidos. Mucho visitar, fotos y promesas de hacer cosas, pero a la hora de la verdad el dinero prometido solo se queda en eso, promesas. Mientras los ayuntamientos se embarcan en obras y proyectos que tienen que pagar de su propio presupuesto y con ese dinero no pueden pagar sus verdaderas competencias. Con todo es una paradoja que el gobierno más despilfarrador de Europa, el de Zparo, le saque los colores al gobierno mas despilfarrador de las comunidades autónomas españolas, el nuestro. Y lo peor del caso es que toda esta ruina, todo este endeudamiento, solo ha servido para que se mantengan casi treinta años en la poltrona, no para mejorar la vida de sus conciudadanos.
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