Independencia ficticia.

Los socialistas de Zparo, Barreda y Oliver -todos son lo mismo-, en su afán de mantener sus puestos de privilegio, acaban de comprar un poco más de tiempo para mantener sus poltronas. A pesar de que el ya Presidente de Cataluña ha hecho de la independencia la bandera de su discurso, los socialistas catalanes se han abstenido y han favorecido su elección. A cambio, Zparo recibirá apoyo para que agote su legislatura. Los grandes perjudicados volvemos a ser los españoles, que veremos hundir aún más nuestra economía y nuestras esperanzas de recuperación.
Pero ¿qué pasaría si realmente se les diera la independencia?. Para empezar tendrían que solicitar su adhesión a la UE, la cual podría y debería ser vetada por España, dificultándoles comerciar, trabajar y transitar por la UE, que instalaría aduanas. Tendrían sus propios documentos de identidad y circulación, que habría que validar para su uso fuera. Tampoco pertenecerían al euro, por lo que crearían su propia moneda, que fluctuaría su cambio respecto al resto, y en función del cual tendrían más o menos facilidad de comerciar. Eso posiblemente les supondría trabajar más, pagar más impuestos y ser más pobres que ahora. El resto de españoles nos ahorraríamos el coste que supone mantener allí la Seguridad Social, la sanidad, la educación, las infraestructuras, la seguridad, las pensiones, el paro, etc., además de su permanente lloriquera reclamando más transferencias, competencias y dinero. También nos ahorraríamos el mantenimiento principesco de sus diputados y senadores, así como la gilipollez de los traductores que han impuesto gracias a la debilidad socialista.
Los españoles decidiríamos libremente qué hacer con los ríos que nacen en nuestras fronteras y que luego transcurren por Cataluña. Podríamos construir pantanos en Zaragoza para convertir el desierto de Los Monegros en un vergel y con el agua que sobre, trasvasarla el Levante para así cerrar el trasvase Tajo-Segura. Por supuesto dejaríamos de consumir cava, que al tener que importarlo subiría su precio por los aranceles, y lo sustituiríamos por champán francés que saldría a un precio similar y está mejor. Y si no, por sidra asturiana, que es española 100%.
Todo ese coste podrían empezar a pagarlo vendiendo las instalaciones del Barca y el Español, ya que al no poder participar en la liga española, tendrían que hacerlo en la catalana con el Girona, el Palafrugell, el Mataró o el Sabadell.
Esto es solo una hipótesis absurda y ficticia, pero que me hace reafirmarme en mi convencimiento de que los catalanes no quieren la independencia, solo a sus políticos les interesa usar esa bandera para chantajear al resto de España. Lo malo es que hoy tenemos un gobierno débil, que se deja fácilmente extorsionar.
Fuera de bromas, para 2011 les deseo un mejor año que el que acaba.

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