La cara y la cruz.

Estos días de Navidad quisiera hacer una reflexión sobre dos caras de una misma moneda. Dos mujeres que se llaman igual. Bibi, pero que son tan distintas como la noche y el día. Una nació en Pakistán, católica, madre de familia y vecina de Ittanwali -población donde solo tres familias se atreven a ser católicas-. Tuvo la desfachatez de defender su fe públicamente ante unas vecinas. Fue increpada, insultada, perseguida, apaleada y torturada, incluso parece que violada. Se le detuvo, se le juzgó y se le condenó a una multa equivalente a un año de salario. No contentos con ello, los tolerantes talibanes de su pueblo consiguieron que fuera condenada a morir en la horca.
La comunidad internacional se movilizó contra esa injusticia, consiguiendo, al menos de momento, que el presidente de Pakistán se comprometa a concederle el indulto, aunque nadie sabe si eso significará su libertad o simplemente sustituir su pena por la de prisión indefinida. En todo caso, teniendo en cuenta que en su país las probabilidades de morir en prisión son muy altas, Asia Bibi, así se llama esta mujer, no podrá dormir tranquila.
La otra tuvo la suerte de nacer aquí en España, y ser hija de un alto cargo socialista de la Junta de Andalucía, suficiente curriculum para ser nombrada Ministra de Igual-da. Su gestión no ha podido ser más brillante, ha malparido la ley de aborto más sanguinaria de Europa. Ni las niñas de dieciséis años o menos necesitan permiso para deshacerse de un embarazo no deseado. Gracias a Bibiana Aído nos hemos colocado en la vanguardia abortiva mundial.
Por eso no es de extrañar que el pasado 6 de noviembre, en el BOE, el Rey de España, a propuesta del Presidente del Gobierno, le concediera la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III, la cual se supone conllevará una gratificación económica que en tiempos de crisis no vienen mal.Estas dos mujeres, estas dos Bibi, cada una en una punta del mundo, acabarán el año de distinta manera, una luchando por no morir por su fe, la otra celebrando su premio por legalizar matar. Vaya mundo.

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