No queremos enterarnos.

Cualquier persona, cuando se trata de su propia economía, calcula los ingresos que tiene para saber lo que puede gastar. Eso si se trata de su propio dinero, si se trata de tirar del dinero público la cosa cambia.
Hay dos formas de hacer las cosas. Una es actuar igual que si se tratara de tu propio bolsillo. La otra es hacerlo a la inversa, es decir, primero calcular lo que uno se quiere gastar y después inflar los ingresos para ajustarlos a los gastos.
Esto último es la práctica habitual de los socialistas que nos mandan, por lo que no debe extrañarnos que el gobierno zapateril haya gastado muy por encima de lo que ha ingresado, tras lo que ha recurrido a la deuda, y cuando ésta no ha sido suficiente, ha dado una vuelta de tuerca a los impuestos para recaudar más.
Y lo peor es que ello no ha servido para reconducir la situación, siendo rigurosos en el gasto y fijando prioridades, todo lo contrario, han seguido gastando y malgastando hasta límites insospechados.
Finalmente, han recurrido a lo que ellos tanto critican, la privatización de servicios estatales, como AENA o el transporte de mercancías ferroviarias, vendido al Deuche Bank alemán.
En CLM pasa otro tanto. Es más, Barreda ha superado a su maestro y nos ha colocado a la cabeza del endeudamiento nacional, hasta el punto que su propio líder le ha llamado al orden públicamente. Esta situación se traduce en que nuestra administración regional se ha convertido en la mayor morosa de nuestra tierra, acumulando cerca de 90.000 facturas impagadas.
A nivel local no es menos alarmante la situación, pero que los socialistas critiquen el nivel de endeudamiento de ayuntamientos en los que no gobiernan, como en Almansa o La Roda, cuando esta es muy inferior a la deuda de Hellín o Villarrobledo tiene bemoles.Claro que la palma se la lleva Albacete, con una deuda tres veces mayor que Ciudad Real, Toledo o Guadalajara, y el doble que Cuenca, por lo que no es de extrañar que no tengamos ni para pagar la limpieza de las calles o el servicio de autobuses. Así poco podremos exigirles a sus concesionarios.