Milagreros.

Los gobernantes elegidos hasta ahora, en vez de administrar con responsabilidad nuestros impuestos, se han dedicado a despilfarrar y endeudarnos hasta lo inconfesable. Han malgastado lo que había y lo que no. Ahora hay que pagar, y como no generamos dinero suficiente para ello, hay que subir los impuestos y recortar los gastos.
Estas medidas, lógicas y prudentes, no dejan de levantar protestas y reclamaciones por doquier. Todos coincidimos en que hay que regularizar las cuentas públicas, pero todos quieren cobrar lo que se les debe, y nadie quiere perder derechos y prebendas.
Para regularizar los pagos pendientes hay que conseguir liquidez, lo triste es que cualquier medida que se tome para ello, es contestada inmediatamente por los que antes no decían ni pío.
En nuestra ciudad acabamos de conocer una de esas iniciativas de protesta, en forma de manifiesto firmado por todos los exalcaldes de la ciudad, pidiendo a la JJ.CC. que no subaste la Casa Perona. Como si esta decisión obedeciera a un capricho del nuevo gobierno regional. Seguramente preferirían que no se pagara a los farmacéuticos, o a las ambulancias, o a Asprona, o a tantos y tantos colectivos amenazados con el cierre por la deudas acumuladas con las administraciones.
Seguramente estos mismos firmantes harán otros manifiestos cuando el Ayuntamiento se desentienda del pabellón polideportivo de la universidad, de las pistas de atletismo, o de cualquier local de asociaciones y colectivos que llevan sin pagarse desde hace meses, incluso años.
Y es que me sorprende que los ilustres firmantes, todos responsables, unos más que otros, del agujero financiero ocasionado en nuestro consistorio, se opongan a conseguir liquidez para poder pagar las deudas acumuladas por las administraciones.
Los socialistas hicieron milagros multiplicando nuestra deuda, pobreza y miseria hasta límites insospechados, y ahora algunos quieren que los nuevos gobernantes también hagan un milagro, pagar las deudas heredadas sin subir los impuestos, ni congelar los sueldos, ni recortar gastos, ni quitar servicios, etc.