Decididos a gobernar.

El enorme agujero encontrado por Rajoy al llegar al gobierno le ha obligado a tomar medidas difíciles, pero necesarias, y es que la situación heredada lastra enormemente nuestra recuperación económica.
Lo más triste de esa herencia es el drama de casi 5,4 millones de parados, los cuales son producto de las mentiras y mala gestión de la crisis realizada por los socialistas, que han provocado que lo peor de la crisis lo paguen los ciudadanos. Ellos por el contrario, en premio a su incompetencia y pasividad no solo se han ido de rositas, sino que además se han procurado buenos y mejor pagados retiros.
Estuvieron casi ocho años, y en todo ese tiempo no fueron capaces de realizar las reformas que España necesitaba. No contentos con ello, lo poco que hicieron solo sirvió para empeorar aún más los efectos de la crisis, lo que degeneró en una pérdida de confianza interna y externa, poniendo en entredicho nuestra credibilidad a nivel internacional.
Todo ello ha obligado a Rajoy a tomar medidas de calado en tiempo record. Éstas, enmarcadas dentro de las reformas estructurales que España necesita, han sido bien acogidas, hablo del anteproyecto de Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, o de la inminente reforma del sistema financiero.
Además, tanto el Ministro de Justicia como el de Educación, en sendas comparecencias en el Parlamento, han anunciado drásticas e importantes modificaciones de sus departamentos demostrando que este gobierno está decidido a gobernar pese a quien pese.
Y por eso es por lo que Rajoy va a aprobar una reforma laboral que realmente sirva para generar empleo y estabilidad. Hay que tomar medidas para revertir la inercia de paro en la que los socialistas nos han metido, lo que significa que ante la gravedad de la situación, hay que aprobar una reforma si o si, independientemente de que los interlocutores sociales se pongan de acuerdo o no.
Estamos en un momento muy duro y de extraordinaria gravedad que exige decisiones firmes. Es lo mínimo que se merecen los españoles después de casi ocho años de desgobierno.

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