Peor que en 1996.

No hace falta remontarse a los años treinta, basta con acordarse cómo los socialistas dejaron las cuentas públicas en 1996. El déficit acumulado llegaba al 7% y hubo que pedir un préstamo para poder pagar las pensiones. Tras ocho años de gobierno popular, esa cifra bajó al 3%.
Ahora, los populares vuelven a hacerse cargo de unas cuentas públicas en bancarrota. Del 6% de déficit anunciado, la realidad es que se ha superado el 8%, lo que significa un agujero de 20.000 millones de euros más de lo previsto. Y todo por la ineficacia y despilfarro socialista.
Ante situaciones como la referida, hay que tomar medidas extraordinarias y tajantes que, garantizando los derechos sociales, consigan recuperar la solvencia y fiabilidad de España. Y todo por el hecho de que el pasado año nos gastamos 90.000 millones de euros más de lo que ingresamos, y esa cifra la tuvimos que pedir fuera.
Si queremos que los mercados internacionales no presten el dinero que necesitamos a un interés razonable, hay que trasmitir a los mercados una imagen de seriedad y rigurosidad que con los socialistas no teníamos y que hacía que el coste fuera excesivo.
Por eso el objetivo de Rajoy es reducir el déficit hasta el 4,4% y para ello pide un nuevo esfuerzo a los que están en condiciones de hacerlo. Para ello ha optado por subir temporalmente el IRPF, es decir, que aporten un poco más los que más tienen. La alternativa, como hicieron los socialistas, sería no subir las pensiones o incluso bajarlas, o reducir las aportaciones por desempleo, o subir el IVA que afecta por igual a todos independientemente de la renta que tenga.
Y uno está dispuesto a volver a apretarse el cinturón, pero me chirrían los dientes cuando me entero de que los socialistas zapateriles han dejado un entramado de más de 4.000 entes públicos, o que habiéndonos vendido que la Seguridad Social tenía superávit, en realidad tiene un agujero de 668 millones de euros. Pero lo que más me duele es que toda esta gentuza que nos ha esquilmado y arruinado, se vaya de rositas.
Lo que me jode es que no lo paguen con cárcel.