Estoy hasta el gorro de los nacional separatistas.
Parece que les ha hecho la boca un fraile. No se cansan de pedir y pedir.
Eso sí, por un lado piden y por otro amenazan con su separación unilateral.
Aunque la culpa no la tienen solo ellos. También la tienen todos los gobiernos que les han consentido y mimado a costa del resto de España.
Todos los que una vez sí, y otra también, les han permitido salirse con la suya a sabiendas de que nunca tendrán bastante.
Siempre se han sentido no solo diferentes, sino superiores al resto de españoles.
Ya en octubre del 34, el Presidente de la Generalitat proclamó el Estado Catalán.
Y el presidente de la II República tuvo que frenar aquella gilipollez proclamando el estado de guerra y ordenando al ejército devolver las cosas a su sitio.
Desde entonces, todos los gobernantes han intentado tenerlos contentos a base de cesiones y eso con esta gentuza no sirve.
Contra la última deriva separatista, el gobierno actual ha reaccionado, pero a mi juicio, debería haber sido más contundente.
La unidad de España la marca la constitución de 1987 y solo el pueblo español en su conjunto puede modificarla.
Lo demás no dejan de ser amenazas para exprimir más al estado y ocultar su propio fracaso.
Ya quisieran algunos estados federados tener tantas competencias como Cataluña, pero no les basta.
Ellos querrían ser independientes pero sin dejar de chupar de la teta del resto de España.
Por eso no es de extrañar que el mismo día que Más hace proclamas independentistas, a su vez aprueba pedir al gobierno central otro montón de millones para su financiación.
Y lo malo es que el gobierno se lo da sin apenas condiciones.
En ese momento es cuando hay que recortarles el pienso.
El Estado tiene que recuperar las competencias de sanidad, educación y justicia.
Pero para eso hay que hacer como en el Parlamento Europeo, donde PP y PSOE se han puesto de acuerdo para nuestra unión con Francia, a través del pirineo aragonés, cuando hasta ahora solo se contemplaba una por Irún y otra por La Junquera.
Ni que decir tiene lo mal que a los nacional separatistas les ha sentado.
Ese es el camino, ponerse de acuerdo y meterlos en vereda.
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